Como decía en la entrada anterior, en el primer vuelo de adaptación podría haber pasado a 100 metros de un Jumbo y no lo hubiera visto, estába tan concentrado en las pantallas que no tenía la más mínima idea de lo que sucedía afuera, salvo porque el TIS (Traffic Information System) me mostraría en la pantalla alguna aeronave que se acercara y si lo hacía a menos de 1 milla el avión me "hablaría" con vos de mujer y me diría "Traffic""Traffic".
Este primer vuelo fue de adaptación, más que todo, para sentir las diferencias entre el C182T y el C182B que había dejado en Coronel Olmedo, nada menos que 46 años de diferencia del primero al segundo y por supuesto nada que ver uno con el otro.El modelo T y más nuevo tiene una estabilidad muy superior, vuela a 145 nudos de TAS (Velocidad Verdadera o True Air Speed) y el planeo que tiene por el cambio de aerodinámica que le han mejorado, hace que penetre el aire y vuele y vuele aunque el motor esté en ralentí.
Luego de un paseo por las zona de Independence en el estado de Kansas, digamos dentro de los 100 km de distancia, practiqué pérdidas, vuelo lento y diferentes aterrizajes en diferentes pistas de los alrededores.
En los próximos tres días continuamos con las 5 horas diarias de clases teóricas y las 2,5 hs. de vuelo diarias, almorzábamos en la fábrica, la nafta la pagó Cessna, y ya nos dedicábamos con mi instructor de lleno a estudiar el manejo del Garmin 1000 y sus sistemas. Realizábamos aproximaciones por VOR, ILS y GPS en los diferentes aeródromos, yendo de un lado a otro y usando a full todo el instrumental. Al cabo de esos días, terminaba agotado del trabajo mental que realizaba, y a la vez no podía dejar de pensar en cómo haría para volar más de 12.000 km antess de llegar a casa, sobre todo por los lugares que tenía que pasar y en un avión al que recién conocía, con un amigo y piloto privado como yo como acompañante, al que la Cessna se había negado a dar el curso práctico por razones de costos.
Recuerdo cuando nos levantamos ese viernes, hicimos el último vuelo de entrenamiento, terminamos al mediodía y nos dijeron que nos podíamos ir. Teníamos nuestros bolsos en el auto alquilado, debíamos cargar combustible antes de emprender el regreso y en el noroeste el cielo estaba negro, los rayos caían por doquier y la desesperación se apoderaba de mí.
Veía el avión en medio de la tormenta de piedra con apenas un par de horas y el único responsable era yo, los hangares de la Cessna estaban todos ocupados, asi que empezamos a correr...........
Mientras mi amigo Sieg cargaba los bolsos en el avión yo fui a llamar a la persona que nos debía cargar combustible, luego fui a pagar y recuerdo como una instructora al ver mi desesperación ante la inminente tormenta se ofreció llevarme en su auto hasta donde estaba estacionado el LV-PJN que serían unos mil metros, recuerdo que le conté que tenía que volar a Argentina y me dijo "Have a safe flight" , Amen dije para mis adentros, que así sea y salí corriendo del coche para caer sentado en el asiento de piloto, Sieg y el equipaje estaban tambien arriba listos para partir.
No hice ningún chequeo, no había tiempo, sólo arranqué el motor como pude de memoria, disparé hacia la cabecera y despegamos hacia la negrura iluminada a veces por los flashes de los relampagos que ya caían en el otro extremo de la pista.