Empecé entonces a enviar mails buscando información de mi nuevo socio, si tenía familia, sobre sus gustos, inquietudes e inclinaciones, en principio parecía que todo estaba bajo control asi que decidí partir.
Me pareció prudente que mi hijo no me acompañara al aeropuerto a tomar el vuelo de Lan Chile que me llevaría a Santiago y de ahí en American Airline a Dallas Forth Worth y luego Vancouver, por lo que me llevó mi mujer Sonia, si hoy debo confesar algo, es que cuando me despidió pensé que era la última vez que la veía.
Tome mis vuelos y arribé en el aeropuerto de Vancouver por la mañana, cuando me vieron los de migraciones y me preguntaron a que iba, con mi ansiedad y nervios no tuve mejor idea que contarles la verdad, parecía que nadie quería creer mi historia y a los pocos minutos la policía me requisaba como al peor de los delincuentes, además de desarmarme todo el bolso, buscaba restos de droga y me tomaba muestras de mi billetera junto a un paquete de yerba que le llevaba de regalo a mi amigo que le gustaba el mate porque había vivido alguna vez en Paraguay.
El policía con las muestras en un trapito se fue a la máquina que hace los analisis, yo quede en un mostrador con mi bolso descuajeringado, no les puedo decir las cosas que pensé ene ese instante, me veía preso como el de expreso a medianoche, en un pais extraño... el tiempo no pasaba hasta que al cabo de unos interminables minutos el policía volvía caminando de regreso y yo tratando de determinar qué es lo que me iba a decir............